Los terapeutas ACT podemos contribuir a la autorrealización de las personas trans

Los terapeutas ACT podemos contribuir a la autorrealización de las personas trans

transexualidad

Afortunadamente hemos conseguido en muchos países un grado de libertad y respeto que está permitiendo que las personas LGTBIQ tengamos muchas posibilidades de expresarnos tal como somos y ser cada día más nosotros/as mismos/as. Si hace años era relativamente frecuente que en mi consulta recibiera a gays, lesbianas y bisexuales que buscaban apoyo para aceptar su orientación sexual, en los últimos años acuden personas para abordar dificultades relacionadas con la identidad sexual y la expresión de género, lo que también se ha llamado “disconformidad de género”. Es decir, personas que, o bien no tienen claro con qué género identificarse, o bien desean realizar una transición a un género distinto de aquel al que se les asignó al nacer. También hay quienes se consideran “no binarios”, es decir, que no se identifican con el género masculino ni femenino, y necesitan algún tipo de apoyo psicológico. Algunas de estas personas se autodenominan transgénero, transexuales, o simplemente “trans”. A día de hoy el consenso en psicología sostiene que no debemos patologizar la disconformidad de género. Que una persona no se sienta cómoda con el género asignado al nacer no es una enfermedad ni un trastorno psicológico, aunque puede necesitar ayuda psicológica para gestionar el estrés asociado a su transición, las posibles dudas y las consecuencias sociales de esta condición personal, que lamentablemente en ocasiones incluyen situaciones de discriminación o violencia transfóbica. 

Las personas trans necesitan muchos recursos psicológicos para enfrentarse a una sociedad que sigue estigmatizándoles

Se necesitan muchos recursos psicológicos para enfrentarse a una sociedad que, aunque ha evolucionado, sigue generando mensajes, actitudes y comportamientos estigmatizadores. Por eso muchas personas trans nos necesitan a su lado como terapeutas, para que, sin patologizar ni etiquetar y desde el respeto y la aceptación incondicional, les ayudemos a actuar cada día explorando posibilidades y conociéndose mejor a pesar de los impedimentos sociales y las barreras psicológicas como el miedo o las dudas, enfrentándose a los numerosos obstáculos que constituyen el reto de convertirse en su mejor versión (lo que se ha denominado psicología afirmativa). 

En nuestro artículo aportamos claves para que los terapeutas puedan actualizar sus conocimientos y trabajar con sus propios prejuicios hacia la transexualidad

Esta visión actual del género mucho más flexible y abierta está enriqueciendo a la sociedad en su conjunto, aportando diversidad y permitiéndonos ir más allá de la educación que hemos recibido acerca de lo que es considerado masculino o femenino, y comportarnos más libremente sin estar tan condicionados/as por los roles de género tradicionales, explorando cualidades tradicionalmente asociadas al otro sexo como, por ejemplo, la expresión de emociones en el caso de los varones o la independencia y el liderazgo en el caso de las mujeres. Ahora bien, es cierto que a algunas personas cisgénero (es decir, no trans) esta forma no binaria de entender el género, como algo que se construye y que no está tan ligado como creíamos al sexo biológico, les genera confusión, les “descoloca” y tienen dificultades para superar sus antiguos esquemas mentales y expectativas. Es normal que esto ocurra dada la educación recibida, pero también es responsabilidad de todos/as, incluyendo a los terapeutas, que revisemos nuestras creencias, actitudes y prejuicios con respecto al género y la transexualidad.

En este sentido, para servir de inspiración y aportar claves útiles a los/las terapeutas y ayudarles a reflexionar y a superar las propias barreras y prejuicios, y para poder ofrecer un apoyo más eficaz a a las personas trans o no conformes con el género, hemos publicado este estudio de caso en la revista Análisis y Modificación de Conducta, donde compartimos nuestra experiencia desde la Terapia de Aceptación y Compromiso en este ámbito poco abordado hasta el momento en psicología clínica.